Los beneficios de la actividad física en personas mayores
Por Natalia Muñiz
Hacer gimnasia, practicar algún deporte, bailar, entre otras actividades, mejoran las funciones cardiorrespiratorias y musculares, reducen el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles y depresión.
Múltiples beneficios genera la realización de actividad física regular en las personas adultas mayores. La Organización Mundial de la Salud indica que mejora las funciones cardiorrespiratorias y musculares, la salud ósea, reduce el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, la depresión y el deterioro cognitivo.
La filial argentina de la Red de Actividad Física para Adultos Mayores (RAFAM) lanzó una campaña que consiste en la publicación en Internet de fotos de clases de gimnasia, natación, aquagym, yoga, entre otras y/o la práctica de deportes a fin de mostrar el bienestar que produce la realización de ejercicios e incentivar a otras personas a hacer lo mismo.
La campaña "Soy Feliz. Practico actividad física porque me da salud" se realiza en el marco de conmemorarse el próximo miércoles el Día Mundial de la Actividad Física; y el jueves, el Día Mundial de la Salud.
Consultada por Diario Popular, la presidenta de la Fundación RAFAM de Argentina, Silvia Maranzano, señala que "la actividad física tiene beneficios integrales, actúa sobre todos los órganos y sistemas, además del aspecto social y afectivo".
"El corazón, los músculos, las articulaciones, las neuronas, todo interviene de una forma u otra cuando se está activo. Por ejemplo, en una caminata intervienen mayoritariamente los músculos de los miembros inferiores más que los superiores pero se activa el sistema circulatorio en general, oxigenamos el cuerpo y la mente", ejemplifica.
Asimismo la profesora de Educación Física y licenciada en Gerontología destaca que en las actividades "se valoran las posibilidades que tiene cada persona y ayudamos a que cada participante reconozca que está en igualdad de condiciones que cualquier otro, más allá de la edad".
"Es importarte sumarse porque en las clases también se encuentra un espacio de escucha, de contención, recreación", afirma.
Respecto a la elección de la actividad, Maranzano sostiene que "hay que hacer lo que nos dé felicidad, por ejemplo, bailar, caminar, nadar, entre otras".
"Practicar una actividad donde se la pase mal o vaya por compromiso no genera adhesión y esa no es la idea -manifiesta-. Se busca que la persona vaya con frecuencia a la práctica física. Las propuestas tienen que darse en un clima de diversión, alegría, y tienen que estar coordinadas por un alguien que esté formado, por un profesor, dado que hay objetivos claros de trabajo. A veces, de afuera, se observa que las personas mayores se divierten, bailan, si bien es así también se está haciendo una actividad con objetivos específicos".
Respecto a los mitos que aún circulan erróneamente sobre la actividad física en las personas mayores, la profesional destaca que "ante las típicas excusas 'soy demasiado viejo para hacer eso', 'no estoy para estas cosas', les respondo que mientras haya vida, hay que vivirla".
También señala que otro mito es "si duele está bien" y aclara que "es un grave error porque si duele es porque se está generando una microlesión y la pérdida de adhesión de la persona a la clase. Uno tiene que venir a moverse integralmente, a pasarla bien, no sentir dolor y tener ganas de regresar".
Presentan una mayor salud funcional
En el informe "La Actividad Física en los Adultos Mayores", la Organización Mundial de la Salud señala que la evidencia demuestra "de forma contundente" que las personas mayores físicamente activas, en comparación con las menos activas:
Presentan menores tasas de mortalidad por todas las causas, cardiopatía coronaria, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2, cáncer de colon y de mama, y depresión, un mejor funcionamiento de sus sistemas cardiorrespiratorio y muscular, y una mejor masa y composición corporal.
Tienen un perfil de biomarcadores más favorable para la prevención de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y la mejora de la salud ósea.
Presentan una mayor salud funcional, un menor riesgo de caídas, unas funciones cognitivas mejor conservadas, y un menor riesgo de limitaciones funcionales moderadas y graves.
Se considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Incluye los deportes, el ejercicio y otras actividades, como jugar, bailar, caminar.