Sábado 07 de abril de 2012 | LA NACION
La celebración del Día Mundial de la Salud se centra en el aumento de los
adultos mayores en todo el planeta y los desafíos que ello implica
Por Víctor
Ingrassia
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2020 en el
continente americano habitarán 200 millones de personas de más de 60 años y se
estima que esa cifra suba a 310 millones en 2050, por lo que los países deberán
implementar políticas adecuadas para brindar coberturas y servicios de atención
especializada a los adultos mayores.
Además, se calcula que en 2050 habrá en todo el mundo 395 millones de
personas de 80 años, cuatro veces más que ahora, y para esa misma década se
estima que el 22% de la población mundial serán mayores de 60, cuando en la
actualidad hay un 11%. Así, de 600 millones que hay en la actualidad, pasaremos
a 2000 millones. La mayor parte de ese aumento se producirá en los países menos
desarrollados.
"Durante el siglo pasado, la esperanza de vida aumentó tan
acusadamente que en el mundo pronto se contarán más personas de edad que niños.
El envejecimiento de la población se registra progresivamente en todos los
países del mundo, pero en los menos desarrollados se percibe un cambio más
rápido. Esa transformación social presenta a la vez problemas y oportunidades.
En particular, en algunos países se dispondrá solo del lapso de una generación
para preparar los sistemas de salud y de seguridad social para un mundo que
envejece", explicó a LA NACION la doctora María Alejandra Rodríguez
Zía, médica clínica y endocrinóloga.
La creciente proporción de adultos mayores registrados en Argentina en los
últimos años se observa en las siguientes cifras proporcionadas por el censo de
2010. Así, 5.725.838 de personas mayores viven en el país, lo que representa el
14,2% de la población. Además, la expectativa de vida en el país es de 76 años
y las mujeres viven como promedio de seis a ochos años más que los hombres.
Medicina enfocada
Desde hace varios años, la medicina se ha ido perfeccionando cada vez más y
la frontera de la ciencia se amplió. No hasta llegar a la inmortalidad, pero
busca acercarse a ello con las últimas investigaciones genéticas y el
desarrollo de medicamentos que prolongan la vida y extienden
"radicalmente" la longevidad humana.
"Si hiciéramos medicina preventiva habría una mayor calidad biológica
y se podría extender la vida misma. El envejecimiento no se puede evitar, pero
lo podemos transitar en forma más saludable y plena. En definitiva, se lo puede
enlentecer teniendo buenos y saludables hábitos de vida, evitando el fumar, el
sedentarismo, el mal descanso o el acumulamiento de estrés y las comidas
grasosas y llenas de colesterol", agregó Rodríguez Zía.
De esta forma, se evitarían las incapacidades cardíacas, los ataques
cerebrales, la diabetes, la obesidad, la osteosporosis severa y otras dolencias
crónicas.
A partir de investigaciones de la bioquímica australiana Elizabeth
Blackburn, premio Nobel de medicina en 2009, se descubrieron las telómeros,
extremos de los cromosomas de las células eucariotas, necesarias tanto para la
división celular como para mantener la integridad y la estabilidad de los
cromosomas.
La enzima telomerasa forma los telómeros durante las duplicación del ADN y
pauta la vida de las células: cuanto menor sea la segregación de telomerasa,
más cortos serán los telómeros, hasta llegar a un momento en que la división
celular sea imposible y las células terminen muriendo. Por lo tanto, los
telómeros están relacionados con el envejecimiento celular.
"Que una persona viva o muera dependerá de muchos factores que exceden
a la biología pero que una persona envejezca con mayor o menor calidad de vida
dependerá de las elecciones que haga. Vamos a tener unos 30 años más de vida
que nuestros bisabuelos en los que será clave vivirlos de la mejor manera
posible, es decir, con buena calidad de vida", puntualizó la especialista.
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