miércoles, 28 de noviembre de 2012


DIARIO POPULAR, 25 de noviembre de 2012. Suplemento dominical
 
TALLERES DE PREVENCION
 
SABER COMO CAER EVITA FRACTURAS A LOS ADULTOS MAYORES
 
El 29% de las personas de 65 años o más se cayó durante 2011 y en el 22,7% de los casos sufrieron fracturas. En el Hospital Ramos Mejía hay un taller donde se enseña cómo ir acomodando el cuerpo a medida que se cae.
 
POR NATALIA MUÑIZ
 
   En la casa o en la calle. Nadie está librado de pisar mal o tropezarse por desniveles u objetos tirados, el mal estado de las veredas, falta de iluminación, entre otros factores. La cuestión es que elevados son los casos de fracturas, contusiones, golpes, esguinces y traumatismos por caer mal; y muy pocos saben cómo caer bien.
   Sí, porque se puede caer bien, hay talleres de prevención donde se enseña distintos métodos, y los especialistas aseguran que son más efectivos que el reflejo de tratar de poner las manos, dado que muchas veces no suele evitar la caída y termina ocasionando una fractura de muñeca.
   En una investigación realizada por la Fundación MAPFRE Argentina se indicó que el 29% de las personas mayores de 65 años se cayó durante 2011, el 56,7% fuera del hogar y el 43,3% dentro de su vivienda, sufriendo fracturas el 22,7% de los casos; contusiones y golpes, el 48,5%; esguinces, 8,2%; cortes, 8,2%; traumatismos sin especificar, 7,1%; fisuras, 4,1%; entre otras lesiones.
   Las caídas son uno de los accidentes más temidos por los adultos mayores y tras sufrir una ese miedo suele acrecentarse, incluso muchas personas comienzan a recluirse, evitar salir de la casa, con la consecuente pérdida de redes sociales, siendo peor el “remedio” que la enfermedad.
   “Hay formas de caer que son especialmente peligrosas y tienden a provocar fracturas en las personas mayores”, destacó Miguel Hadid, Jefe de la Unidad de Geriatría del Hospital Ramos Mejía, donde desde hace años se dicta un taller de prevención de caídas en el que se enseña métodos de relajación, movimientos y cómo actuar ante un imprevisto. También este mes comenzó a dictarse en la Escuela de Ciencias del Envejecimiento, de la Universidad Maimónides.
   Consultado por este diario, Hadid destacó: “A nivel gerontológico, para evitar fracturas se recomienda evitar las caídas y prevenir el avance de la osteoporosis, pero nosotros le dimos una vuelta de tuerca más, nos preguntamos cómo reducir el impacto de la caída y empezamos a enseñar a caer sin lastimarse, tomando técnicas de las artes marciales, con los cuales la persona aprende a rodar en vez de darse contra el piso”.
   Al respecto destacó que se enseñan dos modos básicos: “uno, rodar hacia delante, ya que por lo general se cae hacia delante; y el otro, caer hacia atrás”, y descartó la posibilidad de “usar las manos para evitar las caídas porque suelen provocar fracturas de muñecas, una de las más comunes entre los adultos mayores”.
   “Se cree que colocando las manos uno se defiende de lastimarse evitando la caída, cuando en realidad, una vez que está lanzada la caída lo que hay que hacer es acoplarse a ella, dejar que el cuerpo se vaya acomodando, si uno incorpora el automatismo de no evitar el impacto contra el piso sino irse acomodando con el piso, aunque se caiga no se lastima y esto lo hemos comprobado con la gente que viene a los talleres”, afirmó.
 
Los beneficios
   Desde la Unidad de Geriatría se presentaron trabajos con los beneficios comprobados en el taller de prevención de caídas, uno de ellos “Enseñar a caer: un abordaje novedoso de las caídas y sus consecuencias” fue publicado por el Dr. Miguel Hadid y la Dra. Maya Sinjovich en la Revista del Hospital Ramos Mejía, y expuesto en una sesión de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG).
   En la actualidad están trabajando en una evaluación, comparando los resultados obtenidos con un grupo de personas que no asiste al taller a fin de demostrarlo con números, “que es el modo en que se presta atención desde lo científico”, aclaró Hadid, y las conclusiones estarán hacia fin de año.
   “Es muy novedoso y da resultados, vemos que los asistentes al taller se benefician muchísimo. Por un lado, si se caen no se lastiman o baja la intensidad; por el otro, dejan de tener miedo a caerse, lo que hace que se retraigan y después no quieran salir, no se socialicen.
   Además contábamos con un beneficio adicional que no estábamos buscando: para ir ejercitando el automatismo de la caída no traumática la gente tiene que moverse, coordinar los movimientos de su cuerpo y cuando se tropieza o resbala recupera el equilibrio y evita la caída, algo que antes no podía hacer”, agregó.
 
Caída oblicua hacia atrás
   Elevando miembros superiores y evitando el contacto con el suelo. El contacto con el piso se inicia en la nalga de un lado y continúa en dirección hacia el hombro del otro lado. Cabeza y cuello están protegidos porque no son presionados. Se insiste en evitar el contacto de manos y codos, causa de fractura de muñeca y de húmero.

Caída hacia adelante
   Se imparte progresivamente iniciándose en contacto con el piso y finalizando desde la posición erecta.
Técnica caída hacia delante con rodilla en tierra: evitando el contacto de la cabeza con el suelo, y el apoyo de mano, codo y hombro.
Técnica de caída hacia delante partiendo de la posición de cuclillas:  con contacto fugaz de la rodilla con el piso.
Técnica de caída hacia delante sin contacto de la rodilla con el piso:  es la corrección de la caída más habitual.

Recuadro: Efectos esperados
   El taller de prevención de caídas y fracturas que se desarrolla en la Unidad de Geriatría del Hospital Ramos Mejía aportó efectos inesperados a los profesionales y asistentes.
   En el trabajo "Enseñar a caer: un abordaje novedoso de las caídas y sus consecuencias", publicado por el Dr. Miguel Hadid y la Dra. Maya Sinjovich en la revista del nosocomio se destacó que aunque el propósito inicial "se limitaba a evitar las consecuencias perjudiciales de las caídas, hemos encontrado resultados que excedieron ese propósito".
   "Entre los cambios mensurables observamos una mejora en el equilibrio, la coordinación postural y la capacidad aeróbica", se indicó.
   Asimismo se evidenció "una menor influencia del temro a caer en el desarrollo de las actividades de la vida diaria".
   "Entre otras consecuencias no planeadas -se señaló-, el relato de los adultos mayores denota que recuperan su autoconfianza: vuelven a generar proyectos propios e incrementan su inclusión social en un ambiente de diversión y cooperación".

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